Introducción:
Hola! Hace un rato me inspiré escribiendo un poco para relatar una de mis experiencias más recientes. Les advierto que la historia será un poco lenta, porque está basada en hechos reales. Alteré pequeños detalles de la historia para proteger la identidad de los involucrados... Bueno, todo excepto el nombre de Héctor, que le suma sex appeal.
Esta historia se ha ido desarrollando desde el año 2019, y sólo les puedo adelantar que la historia aún no ha tenido fin en la vida real. Nuevamente les advierto que tardará un poco en ponerse caliente jajaja así pasó realmente. Esto es un borrador de algo que escribí en una hora; si logra captar interés, les prometo una historia más detallada.
Espero que sea de su agrado, les dejo una primera parte:
Hola! Hace un rato me inspiré escribiendo un poco para relatar una de mis experiencias más recientes. Les advierto que la historia será un poco lenta, porque está basada en hechos reales. Alteré pequeños detalles de la historia para proteger la identidad de los involucrados... Bueno, todo excepto el nombre de Héctor, que le suma sex appeal.
Esta historia se ha ido desarrollando desde el año 2019, y sólo les puedo adelantar que la historia aún no ha tenido fin en la vida real. Nuevamente les advierto que tardará un poco en ponerse caliente jajaja así pasó realmente. Esto es un borrador de algo que escribí en una hora; si logra captar interés, les prometo una historia más detallada.
Espero que sea de su agrado, les dejo una primera parte:
Había llegado a este gimnasio de ejercicios funcionales justo después de la pandemia, hacían entrenamientos dirigidos cada 1 hora; no conocía a nadie ahí, pero con el tiempo fui frecuentando los mismos grupos de entrenamiento con los que me empecé a familiarizar más. Generalmente entrenaba una sola hora, porque me estaba costando un poco retomara vida fitness después de tanto encierro.
Un día estaba listo para irme, cuando entra un hombre maduro muy bien vestido y con un perfume tan rico que recuerdo hasta el día de hoy. No nos conocíamos, pero me dijo: "¿Ya te vas, campeón?, ¿no quieres entrenar con nosotros una vuelta más?". Se me hacía agua la boca por decirle que sí, pero en esos días yo estaba comenzando una relación que no prosperó mucho después, pero como persona fiel decidí volver a mi casa como había planeado, pero no dejaba de pensar en la invitación que me habían hecho.
Con el paso de las semanas lo veía más frecuentemente, pero no pasábamos del saludo. Escuché que se llama Héctor, así que comencé a saludarlo por su nombre. Él no dejaba de decirme "campeón", seguramente porque no era importante aprenderse mi nombre, pero a mí me gustaba... me hacía sentir sumiso dentro de mi fantasía, así que lo disfrutaba. Hubo un día que llegó otro chico nuevo, Daniel, y nos hicimos amigos porque le gustaba Star Wars y algunos videojuegos con buena narrativa, donde teníamos mucho de lo que hablar. Un día noté que Héctor saludó muy eufóricamente a Daniel, y después le hice la pregunta de por qué: resulta que Daniel es arquitecto y había trabajado hace muchos años para Héctor, por lo que ya se conocían bastante. Aproveché el momento para hacerle sutiles preguntas a Daniel sobre Héctor, como su estado civil... me dijo que no sabía.
A la semana siguiente, Daniel me escribe un WhatsApp diciendo: "le pregunté casualmente, y es separado, vive solo" junto a un emoji un tanto sugestivo. Era buena señal, así que no perdía las esperanzas de acercarme un poco más.
Hubo un día en que entré al camarín, y estaba Héctor conversando con otro chico. Realmente no recuerdo de qué estaban hablando, porque justo en el momento Héctor se había quitado la ropa interior y se había quedado así conversando, sin ningún pudor. Fue inevitable notar lo duro que se le veían las nalgas, y lo lleno de tatuajes que tenía el cuerpo debajo de la tenida que siempre usaba. Se estaba poniendo el short y me llamó la atención que no se había puesto ropa interior, por lo que aproveché de tocar el tema: "¿No te molesta hacer ejercicio sin ropa interior?".