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Pasó todo el verano y Esteban no cumplió su promesa de entregarme el culo. Me insistió un par de veces para cogerme de nuevo a escondidas de mis tíos pero no quise. La última vez fingí que aceptaba y una vez que se bajó los pantalones y me hiciera chupársela un rato hasta que se le puso bien dura e intentó bajarme mis shorts me incorporé y lo dejé con el miembro durísimo apuntándome. - Si no cumplís lo prometido no pienso seguir - me crucé de brazos y me alejé un poco pues la tentación de seguir era grande. Esteban me miró implorante - no seas guachono me podés dejar así mirá como estoy - envainó su pija con la mano derecha. Yo me negué con la cabeza y en un instante se acercó a mí y tomando mi nuca intentó que me agachara pero me zafé. - No soy una de tus putitas regaladas - Esteban se enojó y me agarró de una muñeca.- Querés que te demuestre como te coge un verdadero macho? - echó su peso sobre mí y caí sobre el pasto con él encima. Su erección presionó sobre mi ombligo e intentó bajarme el pantalón - Sos un bruto, no quiero - le dije. - Vamos que los dos sabemos que esto te gusta y me metióla mano buscando hurgar mi culo. Yo lo empujé hacia arriba pero no se apartó. - Te dije que no quiero! - Dale que te gusta mi pija guachito... - Esteban pará, te dije que no quiero! El hizo caso omiso y empezó a introducir los dedos en mi zanja.- Esteban pará!! Mirá que si me violas grito!! - Esteban se detuvo petrificado. - Si yo no te voy a violar Tadzio que decís. - Te estoy diciendo que no quiero! Esteban me miró desconcertado. - Pero si cuando cogimos la pasamos re bien. No entiendo... - su pene empezó adesinflarse. Sacó su mano y se incorporó. Metió su pene dentro del slip mirándome entre enojado y asustado. - No entiendo - repitió. -Yo te quiero pero también quiero que cumplas lo que prometiste - admití un poco confuso - vos querés que yo entregue pero no querés entregar vos- Eso lo dije en un momento de calentura. No me gusta que me rompan el orto. - Alguna vez probaste porque si no probaste no sabés - le retruqué. - No probé pero no quiero. Puedo cambiar de opinión no? - Bueno así como vos podés yo también puedo cambiar de idea. Y no quiero sersiempre el cogido - Bueno entonces te vas a tener que quedar con las ganas. - Me quedo con las ganas entonces. Ándate. Esteban me miró con bronca. - No pensé eras así. Se nota que sos el sobrino del patrón. - Y vos se nota que sos un machito acostumbrado a hacer siempre lo quequiere. Esteban me miró con desprecio y dió media vuelta y se fue. Lo ví cruzar el gran parque con sus hombros tan anchos bajo su delgada camisa. Imaginé su culo chato bajo y por un instante sentí el impulso de correr y decirle que vuelva, que íbamos a coger igual, que yo loiba a esperar hasta que decidiera entregarme su orto. Pero me quedé ahí y no volvimos a hablar más que para frases circunstanciales hasta que me volví a la Capital. Cuando volví a visitar a mis tíos en Pascuas me encontré con dos sorpresas:una Esteban había renunciado y se había ido a trabajar a otro campo de la zona. La otra es que en lugar de Esteban estaba Lalo. Lalo era más macizo y retacón y si bien era musculoso era un toque rellenito lo que lo alejaba de la definición enjuta y fibrosa de Esteban. Pelo negrobien corto y ojos marrones. Al día siguiente de mi llegada ensillamos nuestros caballos y salimos a recorrer el campo. Todo iba normal durante la mañana contando vacas y revisando alambrados hasta que en un camino arbolado se detuvo y tras bajarse del caballo sacó su pene y sepuso a orinar los vasos del caballo. Quedé congelado ante la visión de su pija blanca y larga que sin ningún pudor sostenía mientras su chorro trazaba un arco que se estrellaba espumoso contra el suelo. -Que hacés? - atiné a preguntar descolocado ante esa pija inesperada.