Mi primera vez vez con otro chico (Re escrito)

Ophelius

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Hola, republico esta historia porque no me gusta la forma desordenada en que la escribí antes, espero que les guste, es mi primera vez y a la vez les pido que me respondan algo que no entendí de esa ocasión.

Primero es importante contarles algunos detalles sobre mí, desde pequeño siempre he sido consciente de mi atracción por los chicos, pero también me atraían las chicas, crecer en una familia tan tradicional y con una mentalidad tan retrógrada obviamente me impidió tener la libertad de estar con chicos, por lo que generalmente salía con chicas. Mido 1.75m, piel blanca, flaco y atlético, cabello y ojos castaños y tengo un pene de 18cm de largo (según una chica que me midió), verga particularmente gruesa (no sé cuántos cm de grosor).

A los 14 o 15 años aproximadamente comencé a experimentar y salir con chicos para entenderme mejor, pero ninguna cita me salía bien y no sentía ningún tipo de deseo por ninguno de ellos, ni siquiera el deseo de besarlos, por lo que asumí que tal vez no era mi orientación. A los 13 tuve mi primera relación sexual con una chica y así continuó hasta los 20 años aproximadamente que estuve por fin con un chico. Después de un largo período de asexualidad, tomé el coraje de intentarlo nuevamente con los chicos.

Hubo un chico en particular que me llamó mucho la atención. Me hacía insinuaciones a través de chistes como "Flaco desnalgado, gran pedazo asegurado" o en las fiestas cuando me veía borracho me invitaba a quedarme en su casa (que siempre estaba vacía, y nadie sospecharía nada ya que siempre perdía las llaves de mi casa y él vive en la misma comunidad). En fin, este chico medía aproximadamente 1.70m, tenía un cuño descomunal que por su tamaño casi siempre le rompía los shorts (juega voleibol igual que yo), cabello ondulado, casi rizado, ojos oscuros, una sonrisa hermosa, muy travieso y atrevido, era conocido por tener mucha experiencia en nuestro grupo de amigos de la comunidad, pero sin embargo muy discreto sobre sus relaciones y conquistas (ya que siempre tuvo claro sus gustos y salió del closet a temprana edad), yo en cambio, aunque le había contado a mis amigos más cercanos sobre mi orientación, no había salido del closet públicamente.

En una de las tantas fiestas a las que asistimos, por ahí del 2021, en plena pandemia, por fin lo complaci y estuve con un chico, ese mismo día por la tarde antes de salir a una fiesta que teníamos nos escribimos (Como solíamos hacer para confirmar quién iba a asistir y a qué hora), en fin, durante la conversación de repente salió el tema de la ropa interior y me mandó una foto solo en ropa interior, estaba de espaldas y se le veía el tremendo culo qué carga, el cosquilleo que sentí en mi pene al ver la foto fue inevitable, quedé en shock, le respondí a los pocos minutos diciéndole que esos boxers blancos le quedaban muy bien y que no dejaban nada a la imaginación.

“¿Y si me los quito y me pruebo otros?” dijo, a lo que le respondí que no era necesario, que esos le quedaban perfectos (fui muy tonto por no captar la indirecta).

“Espera, te muestro” - dijo, y empezó a sonar el teléfono, era una video llamada, la cual pensé detenidamente antes de contestar pero segundos después contesté y vaya regalo que recibí. El se iba quitando lentamente los boxers y yo estaba petrificado, ya se notaba el bulto en mi short, y para colmo no llevaba ropa interior.

“¿Y ahora ves mejor?” dice sin pudor y yo no pude evitar masajearme el bulto, esto era nuevo, me excitaba demasiado y estaba goteando mucho precum.

“Pero que rico jamón traes” – Fue lo único que pude responder casi balbuceando.

“Me encantaría que me lo comieras algún día” – Dijo acercándose a la cámara y agachándose mientras abría sus nalgas para mostrarme ese delicioso ano, ya a estas alturas mi erección era inevitable, seguí masajeando suavemente el bulto que ya estaba en su máximo esplendor.

“Mi boca disfrutaría lamiendo ese culo todo el día” respondí sin creer lo que acababa de salir de mi boca, él se dio la vuelta y me mostró una tremenda erección que también portaba.

“Mira como estoy solo imaginando ese pedazo que cargas, muéstramelo, por favor” – Me dijo mientras buscaba en su armario un nuevo boxer, estos eran de un rosa claro, se los puso lentamente mientras hacía un pequeño baile para mí, eran ajustados y su culo parecía querer salir de ahí con desesperación. Tomé el teléfono y lo moví lentamente para que la cámara enfocara mis shorts que ya estaban mojados con líquido preseminal y con la otra mano masajee el bulto de mis shorts.

“Qué linda funda, ahora quiero ver la pistola” – Me dijo mientras lamía sus grandes labios rosados lascivamente.

Saqué lentamente el pene y lo pelé para que notara mi glande rosado y muy húmedo, pasé mi pulgar e índice y jugué con el líquido preseminal frente a la cámara. Alguien me llamó desde la calle así que tuve que colgar la videollamada, guardar el pene como estaba y conteste, era uno de los chicos que iba a la fiesta, estaba
buscándome para ver si estaba listo, se me había hecho tarde por culpa de mi juego con el otro chico al que llamaremos Sebas.

Grité desde el balcón que aún no estaba listo y comencé a prepararme. Mientras me bañaba no podía pensar en otra cosa que en ese delicioso culo de Sebas, que impedía que la bendita erección bajara, por suerte el agua fría ayudó mucho, me vestí y terminé de arreglarme para salir, a lo que recibí un mensaje de Sebas "¿vamos juntos o qué?" dijo, "claro" respondí sonrojado, cabe destacar que soy muy tímido y no sabría cómo reaccionar cuando nos viéramos en persona.

El problema de tener relaciones con Sebas es que él era novio de otro chico de nuestro grupo que es un gran amigo mío hasta el día de hoy, y eso me impedía tener cualquier interacción sexual con Sebas. Bajé de mi edificio y esperé en la entrada del edificio donde vivía Sebas, cabe destacar que estaba muy ansioso y estaba muy sonrojado, al menos no había más erección por el momento.

“¿Listo, o esperamos a alguien más?” Me dice Sebas mientras yo divagaba y me asusté.

“Listo, listo” respondí ansioso.

“Te pedí que vinieras conmigo para comprar las bebidas juntos”.

“Mierda, dejé mi billetera” pensé, “Em, olvidé mi billetera” respondí.

“No importa, ya es tarde, la compro y ya veras como me paga” me dijo guiñándome el ojo.
 
La fiesta transcurrió con normalidad, todos la pasamos bien, por momentos tuve flashbacks de aquella videollamada y tuve que entrar al baño a esperar a que bajara mi erección, cuando intercambié miradas con Sebas, él se veía tranquilo pero no pude evitar sonrojarme, por suerte nadie se dio cuenta ya que nadie me lo mencionó, aproximadamente a las 5 am, se acercó a mí.

“¿Crees que deba cobrar la deuda hoy?” me susurra.

“La verdad tengo mucha hambre” respondo con picardía aprovechando el efecto del alcohol, luego fingimos que nos reíamos de alguna tontería para no levantar sospechas.

“Quiero que me avises cuando estemos solos y me des todo lo que me mostraste en la videollamada” – Me dice pero esta vez su aliento se sentía caliente, como una caricia, mordiéndome el lóbulo de la oreja y alejándose de mi vista. Me di la vuelta pero a estas alturas la casa donde era la fiesta estaba llena y nadie parecía realmente interesado en nada más que pasarla bien.

Tragué saliva y caminé hacia el baño para quitarme el rubor de la cara. Esa sensación de hormigueo que sentía por todo el cuerpo era algo nuevo que me encantaba. Por fin confirmaría mis sospechas y podría aceptar total y abiertamente mi sexualidad. Media hora después de lo ocurrido con Sebas, él me busca, yo estaba bailando muy cerca con una chica y me susurra.

“Oye, guardame algo de eso” – no respondo y me acerco a la chica y me coloco cara a cara con ella como si fuera a besarla, no lo hago pero volteo a ver a Sebas y el muy astuto actuó muy bien ya que no parecía molesto para nada, solo levantó los pulgares como para decirme que estaba triunfando esa noche.

Sigo bailando con la chica y sonaba un reggaeton, la pongo en 4 y hago movimientos muy lentos, volteando a ver a Sebas discretamente de vez en cuando, nada, su expresión no delataba nada, me canse del juego y deje ir a la chica con la excusa de que estaba cansado, ella busco besarme y la esquive, la chica estaba muy borracha así que la lleve con los amigos con los que venia y me dirigí a la salida de la casa.

En el umbral de la puerta cruzo miradas con Sebas y le guiño un ojo, estaba hablando con otro de nuestros amigos en común, salgo del edificio y espero junto a las escaleras, la fiesta era en un departamento en planta baja, unos minutos después aparece Sebas, mira a su alrededor y camina y hasta un punto donde las escaleras bloqueaban la vista desde la entrada del departamento hasta donde estábamos, se acerca peligrosamente y nos quedamos mirando fijamente por un rato que se sintió como una eternidad, mi corazón estaba a punto de saltar, en cualquier momento cualquiera podría vernos pero aun así, no quería alejarme, en cambio, acerqué lentamente mi rostro (el alcohol me había quitado la timidez), con una mano agarré a Sebas por la nuca y torpemente le di un beso con lengua, él sabía a sangria y yo a Ron, me encantó la combinación.

Respondió alejándose, mirando a los lados caminando hacia la entrada para ver si alguien venía y mirando hacia la puerta de la casa donde no se veía a nadie, de pronto se acercó bruscamente, con una mano agarró mi pene por encima del pantalón y la otra la pasó por debajo de mi camisa acariciando mi torso.

“¿Querías darme celos? No era necesario, quiero que me bailes y te me menees como lo hiciste con esa chica” – respondió, yo estaba totalmente congelado mirando a los lados que nadie viniera, lamiendo mis labios acerqué mi rostro, él cerró los ojos esperando un beso y yo giré mi rostro.

“¿Nos vamos? Tengo mucha hambre” respondí y el que se había quedado atónito comenzó a reír haciendo señas a sus llaves mientras las sacudía.

“Tenemos que hacerlo rápido, creo que tendremos compañía”.

Caminamos con normalidad hasta el edificio donde vive, subimos a su departamento, no dejaba de mirarme, puso música en la sala a todo volumen y sin dudarlo me llevó de la mano a su cuarto, aun con el alcohol estaba muy nervioso.

“No te preocupes, no va a pasar nada que no quieras que pase” me dijo guiñándome un ojo.

Lentamente me quité la camisa mientras él entraba a su cuarto y tomé su cuello con ambas manos, no dejaba de mirarme a los ojos y lamer sus labios, lo cual me excitaba mucho, intenté besarlo pero de repente me tomó y me acostó en la cama poniéndose encima de mí, comenzó a frotar sus enormes nalgas en el bulto que ya tenía entre mis piernas, lo hacía lentamente, como un baile, me sentí en el paraíso. De repente alguien tocó fuerte la puerta y yo estaba totalmente desorientado, él inmediatamente se bajó y fue a abrir la puerta, yo corrí al baño recogiendo la camisa que había dejado en la entrada de su cuarto.

Sebas no bajó el volumen de la música por lo que no pudiera escuchar quién nos había interrumpido. Esperé unos segundos a que se me bajara la erección y salí a la sala.

Era uno de nuestros amigos, con el que Sebas estaba hablando antes de que nos fuéramos. Parece que tenían un after planeado ya que él vino con una botella.

"¿Seguimos con la fiesta?" preguntó y yo asentí sonriendo.

Sebas actuó como si nada pasara. Se merecía un Oscar por lo bueno que actuado. Estaba seguro de que me estaba sonrojando.

Estábamos bebiendo y haciendo karaoke. Tenía mucho sueño. Me disculpé y les dije que me iba a dormir y Sebas y el otro amigo respondieron y me dijeron que era un aburrido. Entré en la habitación de Sebas y me acosté boca arriba. Los efectos del alcohol me hicieron sentir pesado y después de unos segundos me quedé dormido.

Sentí un peso en mis caderas y abrí lentamente los ojos. Allí estaba Sebas.

"Estamos completamente solos. ¿Aún tienes hambre?" Tenía algo en sus manos pero aún no me había despertado del todo.

"¿Cuánto tiempo ha pasado?" pregunté parpadeando para sacudirme el sueño.

"Solo unos minutos, tengo mucha hambre, ¿puedes alimentarme?" dice jugando con un cuadrito de chocolate que aparentemente era lo que tenía en su mano.

Se acercó para que yo pudiera sacar el chocolate de su boca, combinando ese sabor con el ron y la sangría, lo compartimos boca a boca mientras nos besábamos y él se inclinó sobre mí, después de un rato se detuvo y me miró fijamente.

“Quítate la camisa” dice y yo obedecí mientras me acariciaba y se sentaba en mi entrepierna, quitándome el cinturón, se detuvo a mitad de camino y me miró como pidiendo permiso y yo asentí, se puso de pie y moví mi cadera para que terminara de quitarme el cinturón.

Empezó a jugar con el bulto que se estaba formando en mi entrepierna, pasando sus manos por mi pantalón. No dejaba de mirarme a los ojos y humedecer sus labios. Me quitó los zapatos y las medias y se quitó la camisa, dejando al descubierto un cuerpo musculoso que no había notado antes. Sabía que había estado haciendo ejercicio, pero no había notado ningún cambio hasta ahora.

Me levanté de la cama, lo tomé de la cintura y lo besé lenta y dulcemente. Saqué el condón que tenía en mi bolsillo y lo tiré a un costado de la cama, me acosté, llevándolo conmigo y estando encima de mí, le pedí que se pusiera en cuatro patas y pusiera sus nalgas en mi cara.

El obedeció y comencé a quitarle sus pantalones que le quedaban muy apretados, rogaban a gritos salir de esa prisión de tela. Solo quedó vestido con calcetines y los boxers que llevaba eran los rosa claro que me había mostrado en la videollamada.

"Qué bonito culo tienes bro" le dije dándole besos en los boxers y comenzó a gemir. Puse mi pulgar en la tela donde estaba su ano y comencé a masajear.

"¿Te gusta?" le pregunté mientras asentía arqueando mucho la espalda y acercando sus nalgas a mi boca, con mis manos comencé a jugar con sus pezones y me excité mucho al escucharlo gemir.

"¿Puedo?" Digo tomando los bordes de sus boxers con ganas de probar por fin ese enorme culo.

“Por favor, papi”, mi corazón se aceleró demasiado, esa frase me excita mucho y él lo sabe por conversaciones que teníamos en el grupo de amigos sobre fetiches y gustos.

Sin dudar más, rápidamente le quité los boxers y se los bajé hasta las rodillas. Con una mano agarré su pené qué estaba muy duro y comencé a masturbarlo mientras que con la otra acariciaba sus nalgas y comencé a lamer su año lentamente mientras él no paraba de gemir y comenzaba a besar mis pies.

Con mis dedos abrí su ano para ver dentro y sin pensarlo dos veces, comencé a escupir ahí dentro. Él abrió y cerró su ano y se removia de placer. Era obvio que lo disfrutaba.

“¿Puedo…?”

“Haz lo que quieras” responde sin dejarme terminar de preguntar, y comencé a introducir lentamente mi dedo índice en su ano. Lo saqué y lo metí mientras él gemía fuerte.

Introduje mi dedo índice, dándole vueltas y él se tensó.

“Más, más, sigue así”. Con la otra mano seguí masturbándolo y su pene estaba realmente caliente, estaba realmente en ese momento y estaba haciendo gemir a un chico.

“Espera, para papi” dice y se pone de pie, quitándose los boxers y quedando completamente desnudo apuntándome con esa tremenda erección que tenía.

“Quiero ver esa carne, quiero tocarla, la quiero en mi boca” puso sus manos a los costados de su pantalón y me miró como pidiendo permiso, yo solo asentí poniendo mis manos detrás de mi cabeza y él me lo quitó, lo arrojó hacia la puerta, me miró a los ojos y luego miró el gran bulto que se estaba formando en mis boxers.

Le di unos besos y me incliné sobre el borde de su cama, mientras se masturbaba y besaba mi pene en la tela de los boxers, de pronto se detuvo y miró sonriendo las manchas de líquido preseminal que estaban en la tela de los boxers y comenzó a lamerlas lentamente mirándome a los ojos, yo estaba totalmente fuera de mí.

"¿Te lo vas a comer o qué?" dije lamiéndome los labios.

"Tengo muchas ganas" respondió, y tomé su cabeza con mi mano y la froté sobre mi bulto, masturbándome con su boca y llenando mis boxers con su saliva.

"Hora de comer entonces" dije soltando su cabeza y bajando mi ropa interior y tirándole lejos, finalmente liberando mi pene y al ver la reacción de Sebas entendí que el tamaño y el grosor cumplían con sus expectativas, se quedó en blanco, no dijo nada ni me miró, solo miró mi pene y se masturbó.

-No seas tímido, tengo que pagar la botella- le dije guiñándole un ojo y él soltó una carcajada.

-Wow, cómo te cambias en la cama, ¿no?- dijo colocando ambas manos sobre mi pene, soltando el prepucio y bajándolo suavemente, yo solté un gemido y no pude evitar mirarlo con expectativa.

Puso una mano sobre la otra y aún sobresalía el glande y un poco del resto del pene.

-Entonces tenía razón con este pedazo de carne- dice, todavía sin verme, solo miraba mi pedazo con atención, y comenzó a masturbarme, girándola con ambas manos, con ambas manos agarré su cabeza y lo giré para que me quedara de frente.

-Quiero sentir ese culo- le dije y lo hice sentar encima de mí, colocando sus nalgas sobre mi pene.

Lo hice inclinarse para besarlo, mientras con una mano lo posicioné para frotar mi verga entre sus nalgas y con la otra comencé a masturbarlo.
 
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La fiesta transcurrió con normalidad, todos la pasamos bien, por momentos tuve flashbacks de aquella videollamada y tuve que entrar al baño a esperar a que bajara mi erección, cuando intercambié miradas con Sebas, él se veía tranquilo pero no pude evitar sonrojarme, por suerte nadie se dio cuenta ya que nadie me lo mencionó, aproximadamente a las 5 am, se acercó a mí.

“¿Crees que deba cobrar la deuda hoy?” me susurra.

“La verdad tengo mucha hambre” respondo con picardía aprovechando el efecto del alcohol, luego fingimos que nos reíamos de alguna tontería para no levantar sospechas.

“Quiero que me avises cuando estemos solos y me des todo lo que me mostraste en la videollamada” – Me dice pero esta vez su aliento se sentía caliente, como una caricia, mordiéndome el lóbulo de la oreja y alejándose de mi vista. Me di la vuelta pero a estas alturas la casa donde era la fiesta estaba llena y nadie parecía realmente interesado en nada más que pasarla bien.

Tragué saliva y caminé hacia el baño para quitarme el rubor de la cara. Esa sensación de hormigueo que sentía por todo el cuerpo era algo nuevo que me encantaba. Por fin confirmaría mis sospechas y podría aceptar total y abiertamente mi sexualidad. Media hora después de lo ocurrido con Sebas, él me busca, yo estaba bailando muy cerca con una chica y me susurra.

“Oye, guardame algo de eso” – no respondo y me acerco a la chica y me coloco cara a cara con ella como si fuera a besarla, no lo hago pero volteo a ver a Sebas y el muy astuto actuó muy bien ya que no parecía molesto para nada, solo levantó los pulgares como para decirme que estaba triunfando esa noche.

Sigo bailando con la chica y sonaba un reggaeton, la pongo en 4 y hago movimientos muy lentos, volteando a ver a Sebas discretamente de vez en cuando, nada, su expresión no delataba nada, me canse del juego y deje ir a la chica con la excusa de que estaba cansado, ella busco besarme y la esquive, la chica estaba muy borracha así que la lleve con los amigos con los que venia y me dirigí a la salida de la casa.

En el umbral de la puerta cruzo miradas con Sebas y le guiño un ojo, estaba hablando con otro de nuestros amigos en común, salgo del edificio y espero junto a las escaleras, la fiesta era en un departamento en planta baja, unos minutos después aparece Sebas, mira a su alrededor y camina y hasta un punto donde las escaleras bloqueaban la vista desde la entrada del departamento hasta donde estábamos, se acerca peligrosamente y nos quedamos mirando fijamente por un rato que se sintió como una eternidad, mi corazón estaba a punto de saltar, en cualquier momento cualquiera podría vernos pero aun así, no quería alejarme, en cambio, acerqué lentamente mi rostro (el alcohol me había quitado la timidez), con una mano agarré a Sebas por la nuca y torpemente le di un beso con lengua, él sabía a sangria y yo a Ron, me encantó la combinación.

Respondió alejándose, mirando a los lados caminando hacia la entrada para ver si alguien venía y mirando hacia la puerta de la casa donde no se veía a nadie, de pronto se acercó bruscamente, con una mano agarró mi pene por encima del pantalón y la otra la pasó por debajo de mi camisa acariciando mi torso.

“¿Querías darme celos? No era necesario, quiero que me bailes y te me menees como lo hiciste con esa chica” – respondió, yo estaba totalmente congelado mirando a los lados que nadie viniera, lamiendo mis labios acerqué mi rostro, él cerró los ojos esperando un beso y yo giré mi rostro.

“¿Nos vamos? Tengo mucha hambre” respondí y el que se había quedado atónito comenzó a reír haciendo señas a sus llaves mientras las sacudía.

“Tenemos que hacerlo rápido, creo que tendremos compañía”.

Caminamos con normalidad hasta el edificio donde vive, subimos a su departamento, no dejaba de mirarme, puso música en la sala a todo volumen y sin dudarlo me llevó de la mano a su cuarto, aun con el alcohol estaba muy nervioso.

“No te preocupes, no va a pasar nada que no quieras que pase” me dijo guiñándome un ojo.

Lentamente me quité la camisa mientras él entraba a su cuarto y tomé su cuello con ambas manos, no dejaba de mirarme a los ojos y lamer sus labios, lo cual me excitaba mucho, intenté besarlo pero de repente me tomó y me acostó en la cama poniéndose encima de mí, comenzó a frotar sus enormes nalgas en el bulto que ya tenía entre mis piernas, lo hacía lentamente, como un baile, me sentí en el paraíso. De repente alguien tocó fuerte la puerta y yo estaba totalmente desorientado, él inmediatamente se bajó y fue a abrir la puerta, yo corrí al baño recogiendo la camisa que había dejado en la entrada de su cuarto.

Sebas no bajó el volumen de la música por lo que no pudiera escuchar quién nos había interrumpido. Esperé unos segundos a que se me bajara la erección y salí a la sala.

Era uno de nuestros amigos, con el que Sebas estaba hablando antes de que nos fuéramos. Parece que tenían un after planeado ya que él vino con una botella.

"¿Seguimos con la fiesta?" preguntó y yo asentí sonriendo.

Sebas actuó como si nada pasara. Se merecía un Oscar por lo bueno que actuado. Estaba seguro de que me estaba sonrojando.

Estábamos bebiendo y haciendo karaoke. Tenía mucho sueño. Me disculpé y les dije que me iba a dormir y Sebas y el otro amigo respondieron y me dijeron que era un aburrido. Entré en la habitación de Sebas y me acosté boca arriba. Los efectos del alcohol me hicieron sentir pesado y después de unos segundos me quedé dormido.

Sentí un peso en mis caderas y abrí lentamente los ojos. Allí estaba Sebas.

"Estamos completamente solos. ¿Aún tienes hambre?" Tenía algo en sus manos pero aún no me había despertado del todo.

"¿Cuánto tiempo ha pasado?" pregunté parpadeando para sacudirme el sueño.

"Solo unos minutos, tengo mucha hambre, ¿puedes alimentarme?" dice jugando con un cuadrito de chocolate que aparentemente era lo que tenía en su mano.

Se acercó para que yo pudiera sacar el chocolate de su boca, combinando ese sabor con el ron y la sangría, lo compartimos boca a boca mientras nos besábamos y él se inclinó sobre mí, después de un rato se detuvo y me miró fijamente.

“Quítate la camisa” dice y yo obedecí mientras me acariciaba y se sentaba en mi entrepierna, quitándome el cinturón, se detuvo a mitad de camino y me miró como pidiendo permiso y yo asentí, se puso de pie y moví mi cadera para que terminara de quitarme el cinturón.

Empezó a jugar con el bulto que se estaba formando en mi entrepierna, pasando sus manos por mi pantalón. No dejaba de mirarme a los ojos y humedecer sus labios. Me quitó los zapatos y las medias y se quitó la camisa, dejando al descubierto un cuerpo musculoso que no había notado antes. Sabía que había estado haciendo ejercicio, pero no había notado ningún cambio hasta ahora.

Me levanté de la cama, lo tomé de la cintura y lo besé lenta y dulcemente. Saqué el condón que tenía en mi bolsillo y lo tiré a un costado de la cama, me acosté, llevándolo conmigo y estando encima de mí, le pedí que se pusiera en cuatro patas y pusiera sus nalgas en mi cara.

El obedeció y comencé a quitarle sus pantalones que le quedaban muy apretados, rogaban a gritos salir de esa prisión de tela. Solo quedó vestido con calcetines y los boxers que llevaba eran los rosa claro que me había mostrado en la videollamada.

"Qué bonito culo tienes bro" le dije dándole besos en los boxers y comenzó a gemir. Puse mi pulgar en la tela donde estaba su ano y comencé a masajear.

"¿Te gusta?" le pregunté mientras asentía arqueando mucho la espalda y acercando sus nalgas a mi boca, con mis manos comencé a jugar con sus pezones y me excité mucho al escucharlo gemir.

"¿Puedo?" Digo tomando los bordes de sus boxers con ganas de probar por fin ese enorme culo.

“Por favor, papi”, mi corazón se aceleró demasiado, esa frase me excita mucho y él lo sabe por conversaciones que teníamos en el grupo de amigos sobre fetiches y gustos.

Sin dudar más, rápidamente le quité los boxers y se los bajé hasta las rodillas. Con una mano agarré su pené qué estaba muy duro y comencé a masturbarlo mientras que con la otra acariciaba sus nalgas y comencé a lamer su año lentamente mientras él no paraba de gemir y comenzaba a besar mis pies.

Con mis dedos abrí su ano para ver dentro y sin pensarlo dos veces, comencé a escupir ahí dentro. Él abrió y cerró su ano y se removia de placer. Era obvio que lo disfrutaba.

“¿Puedo…?”

“Haz lo que quieras” responde sin dejarme terminar de preguntar, y comencé a introducir lentamente mi dedo índice en su ano. Lo saqué y lo metí mientras él gemía fuerte.

Introduje mi dedo índice, dándole vueltas y él se tensó.

“Más, más, sigue así”. Con la otra mano seguí masturbándolo y su pene estaba realmente caliente, estaba realmente en ese momento y estaba haciendo gemir a un chico.

“Espera, para papi” dice y se pone de pie, quitándose los boxers y quedando completamente desnudo apuntándome con esa tremenda erección que tenía.

“Quiero ver esa carne, quiero tocarla, la quiero en mi boca” puso sus manos a los costados de su pantalón y me miró como pidiendo permiso, yo solo asentí poniendo mis manos detrás de mi cabeza y él me lo quitó, lo arrojó hacia la puerta, me miró a los ojos y luego miró el gran bulto que se estaba formando en mis boxers.

Le di unos besos y me incliné sobre el borde de su cama, mientras se masturbaba y besaba mi pene en la tela de los boxers, de pronto se detuvo y miró sonriendo las manchas de líquido preseminal que estaban en la tela de los boxers y comenzó a lamerlas lentamente mirándome a los ojos, yo estaba totalmente fuera de mí.

"¿Te lo vas a comer o qué?" dije lamiéndome los labios.

"Tengo muchas ganas" respondió, y tomé su cabeza con mi mano y la froté sobre mi bulto, masturbándome con su boca y llenando mis boxers con su saliva.

"Hora de comer entonces" dije soltando su cabeza y bajando mi ropa interior y tirándole lejos, finalmente liberando mi pene y al ver la reacción de Sebas entendí que el tamaño y el grosor cumplían con sus expectativas, se quedó en blanco, no dijo nada ni me miró, solo miró mi pene y se masturbó.

-No seas tímido, tengo que pagar la botella- le dije guiñándole un ojo y él soltó una carcajada.

-Wow, cómo te cambias en la cama, ¿no?- dijo colocando ambas manos sobre mi pene, soltando el prepucio y bajándolo suavemente, yo solté un gemido y no pude evitar mirarlo con expectativa.

Puso una mano sobre la otra y aún sobresalía el glande y un poco del resto del pene.

-Entonces tenía razón con este pedazo de carne- dice, todavía sin verme, solo miraba mi pedazo con atención, y comenzó a masturbarme, girándola con ambas manos, con ambas manos agarré su cabeza y lo giré para que me quedara de frente.

-Quiero sentir ese culo- le dije y lo hice sentar encima de mí, colocando sus nalgas sobre mi pene.

Lo hice inclinarse para besarlo, mientras con una mano lo posicioné para frotar mi verga entre sus nalgas y con la otra comencé a masturbarlo.
Wow, my first time was fun but you really beat me
 
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El reaccionó gimiendo en mi boca y yo moví mis caderas para frotar mi pipe entre su enorme culo.

“Quiero comerme toda esa carne”, dijo.

“Y quiero comerme ese enorme jamón”, dije riendo y empezamos a hacer el 69. Yo estaba totalmente fuera de mí, desenfrenado y hambriento. El empezó a pasar su lengua por la cabeza de mi pito, saboreando todo el líquido preseminal que salía, mientras se masturbaba.

Al rato empecé a meter mi dedo medio en su ano y él seguía gimiendo.

“¿Todo bien?” pregunté deteniéndome.

“Voy a terminar si sigues así papi, no pares” responde entre gemidos dejando de chupar, yo obedezco y ahora empiezo a meter suavemente mi pulgar en su ano, él había dejado de hacerme sexo oral y seguía gritando que quería más, espero que los vecinos no hayan escuchado nada por la música alta.

-Voy a terminar, carajo, meteme dos dedos- me dice y yo obedezco metiendo mis dedos en mi boca primero.

-Más profundo, ay que rico, más, más- me dice descontrolado metiendo mis dedos más profundo él mismo mientras mueve sus caderas hacia atras.

Terminando unos minutos después sobre mi abdomen, sentí esa lluvia caliente caer de manera abrupta y esperé su reacción, él no reaccionó así que comencé a darle nalgadas y a lamer y mordisquear su trasero, hasta que se inclinó para lamer su semen de mis abdominales.

De pronto se levantó y me tomó del cuello cariñosamente frotando sus pulgares sobre mi mandíbula, acercó su rostro y abrí mi boca para besarlo, algo cálido llenó mi boca, era su semen que estábamos compartiendo con nuestras lenguas hasta que lo tragamos todo y lo aparté para poner su rostro con ambas manos sobre mi verga, a lo que respondió comenzando a chuparlo lentamente, mientras me miraba a los ojos lo que me excitó muchísimo.

-Quiero que te la comas todo-dije mientras tomaba un poco más de la cabeza de mi pene en su boca.

Empezó a tragar más y yo comencé a controlar bien mi respiración para aguantar más, él lo notó y de pronto metió mi pene hasta la mitad en su boca, a lo que respondí con un "Oh dios mío, todo, cómelo todo, por favor".

Lo sacó y comenzó a jugar con su lengua pasándola lentamente por todo mi miembro, luego comenzó a chupar mis bolas y a masturbarme con ambas manos.

"Oh dios mío, sí"dije arqueando la espalda y rodando los ojos.

"¿Te gusta?"me dice.

"Mucho"le respondo.

"Perfecto, esto te va a gustar más", antes de responderle de repente se mete todo mi pene en la boca y yo me arqueo de placer.

Se notaba su experiencia mientras metía y sacaba su boca llenándome todo de su saliva y con los ojos llorosos.

-Es enorme, amigo, pero no creo que puedas meterlo -me dice de repente y me corto un poco.

-¿Pasa algo? Tengo un condón si es lo que te preocupa.

-Lo siento, no me hice el lavado anal y no quiero arruinar esta maravillosa cosa que estamos teniendo -responde, yo estaba muy molesto, cuando le lamí el ano no sentí ningún sabor extraño, ¿estaba mintiendo? No entendía pero quería continuar, quería más.

-¿Qué podemos hacer entonces? -le pregunté algo molesto.

-Oh, definitivamente voy a hacerte terminar, pero hoy no habrá anal -responde y sin dudarlo agarré su cabeza y lo hice atragantarse, yo estaba furioso y no entendía pero tenía que terminar.

Él no hizo nada, me dejó guiarlo con mis manos y mover su cabeza, ese sonido cuando se atragantaba me encantaba.

-Eres toda una puta- le dije tomándolo del cabello y acercándome para besarlo, esta vez fue más fuerte y rudo, él temblaba, ya que como noté estaba duro de nuevo y se estaba masturbando.

-Ok, ahora a comer- dije acercando su cabeza a mi pene de nuevo, apreté sus cachetes con fuerza y luego tomé su cabello para hacer ese vaivén en el que mi pene entraba y salía de mi boca, estaba frenético, usé mis caderas para meter mi pene más profundo y él solo me apartó cuando le faltó el aire.

-Me vengo, me vengo- anuncio mientras me tambaleo y me retuerzo.

-Lo quiero todo en mi boca- responde y tomo su cabello para terminar ahí, el semen se le escapó de la boca, cayó un poco sobre su cama y había más goteando de su boca, trazando un camino hacia su pecho y el piso.

Lo tomé y lo acerqué más a mí, compartí mi semen mientras nos besábamos y con mi mano tomé todo el semen que le corría por la barbilla y se lo metí en la boca, otro poco que estaba en su pecho lo tomé con mi pulgar y se lo metí en la boca también, dándole un último beso antes de alejarme.

"Me voy a bañar, ¿me prestas una toalla?" digo y me señala su armario donde tomo una y así desnudo tomo mi ropa y voy al baño, mientras me ducho pienso en lo que pasó y no entiendo por qué no me dejó penetrarlo.

Me visto y voy a su cuarto para despedirme y ahí estaba el masturbándose de nuevo, le hago una seña y me voy, hubo una segunda vez que con gusto contaré, dependerá de cómo tomen esta primera historia, aún hoy no entiendo qué pasó. Estoy seguro de que se había lavado, he llegado a la conclusión de que que él no quería por el grosor de mi pene. Ya no somos amigos, no por lo que pasó ese día, sino por varios problemas que tuvimos por su personalidad de mierda. En fin, dime qué crees que pudo haber pasado para que él no quisiera llegar a la penetración.
 
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