Hola, les escribo esta historia sobre mi experiencia con una chica bisexual, primero hay algunas cosas que detallarles; Aun no era abiertamente bisexual, ya había pasado por mi primera época de experimentación que no salio nada bien, así que seguí con normalidad saliendo con chicas, a pesar de que los chicos siempre me han atraído, las cosas no salieron bien y desistí.
OK, conocí a esta chica en la preparatoria, le llevaba dos años, ella me mandaba a buscar siempre con otra personas y me mandaba cartas y se veía muy dulce, se puede decir que yo era popular, ya que era deportista y en la preparatoria se nos trataba como una especie en extinción. Esta chica era totalmente mi tipo: Caderas anchas, sonrisa preciosa, piel morena, cabello ondulado, cintura pequeña y una personalidad encantadora.
Entre las tantas veces que me mandaba a buscar,
recuerdo que fue en recreo, envío a dos de sus amigas, los de cuarto año se ubicaban en el primer piso, los de quinto y sexto entre el segundo y el tercero, yo era del segundo piso, baje y varios de sus compañeros estaban grabando, me pidió que fuera su novio o que por lo menos la tomara de la mano y pasáramos a la salida, ame demasiado que tomara la iniciativa así que le respondí, que hablábamos a la salida, eso de añadir la presión social para que las personas acepten me causa algo de conflicto, así que ni acepte ni la rechace, me parece que fue la decisión más correcta.
En fin, esta chica lo era todo, me empezó a gustar muchísimo, habían muchos rumores de que ella era lesbiana y eso a mi tampoco me molestaba, porque ella vestía siempre deportivo (Lo cual igual no ocultaba el tremendo cuerazo que se gastaba), nunca he sido un chico de sentir inseguridades por la opiniones ajenas, lo que sí notaba es que habían detalles de ella como se quedaba viendo a veces chicas, pero con hhicos solo se fijaba en mi, su grupo de amigas eran chicas que no estudiaban en la preparatoria, todas eran lesbianas, no me saco de onda, pero al enterarme ya estaba asumiendo qué ella era bi y no me sentía incómodo con eso la verdad.
Ella era muy dulce, tomaba siempre la iniciativa, me pedía que la acompañara a la parada del bus, a veces la dejaba en la puerta de su casa, no me presento nunca a su familia pero llegué a conocer mucho sobre ella. Era muy caliente, pero también dulce y esa combinación me ponía muy mal, me encantaba, me manoseaba en el autobús mientras nos besabamos pero siempre me besaba de una manera muy romántica y dulce.
Frecuentemente la acompañaba a su casa o a la parada del bus, cabe destacar que vivíamos muy lejos el uno del otro y a veces se me hacia demasiado tarde, pero no me importaba, el romance me tenía hipnotizado. Una de esas veces que la acompañe a esperar el bus, mientras hacíamos la cola para subir, no paraba de abrazarme, jugar con mi cabello (Cosa que me encanta) y besarme mientras me acariciaba, nunca me ha parecido correcto excederse con las muestras de amor en público pero estaba muy cachondo.
"No te vayas" - me dijo como por quinta vez.
"En serio me tengo que ir, amor" - Dije algo angustiado porque ya era tarde, pero no podía dejarla si me lo pedía tan dulcemente.
"Pero quiero que me acompañes, te quiero conmigo" - Dijo metiendo una de sus manos bajo mi suéter y mi camisa, acariciandome el abdomen (Hacia muchos abdominales y ejercicio constantemente, cuerpo delgado, por lo que mi abdomen estaba marcado), eso me prendía mucho y ella lo sabía.
Me limite a ver a los lados y ya no había nadie, toda la cola había avanzado y había un bus esperando así que le sugerí que subieramos y me beso contenta (Su brillo labial de cerezas era delicioso), nos sentamos en los últimos puestos y luego de unos besos muy lentos, sin darme cuenta estaba realmente duro, ella no dejaba de sonreír mientras nos besabamos, ¿Quien diría que una persona tan dulce sería tan cachonda?, aun no llegaba mucha gente así que además de nosotros habían unos 7 pasajeros en los puestos de adelante, algo que aprovecho para demostrarme porque las mujeres bisexuales son las criaturas más sexis, calientes y apasionantes.
"Amor tengo frío" - No paraba de ver mi bulto, ni lo disimulaba y pues mis atributos estaban a su disposición cuando quisiera así que no de vía tampoco disimular, me quite el suéter y ella se lo puso.
Se sentó mucho más cerca, casi ocupabamos un mismo asiento, sus piernas encima de mi pierna derecha, su brazo derecho por detrás de mi espalda, y de pronto mientras nos mirábamos a los ojos, su mano izquierda se poso sobre mi ereccion que los pantalones y boxers no lograban ocultar, estaba fuera de mi, no pude evitar un leve quejido, así que empecé a tomar respiraciones más profundas y controladas, ella sonreía maliciosamente y comenzó a besar mi cuello, yo la deje hacer lo que quisiera, en este punto ya no quería pensar en nada más que ella y su cuerpo sobre el mio.
"Mi casa esta sola, por eso te insistía, quiero que mi novio sea mi juguete sexual esta noche (Ella tenía varios juguetes sexuales, me contó una vez que hablábamos de su virginidad), quiero un juguete de carne en mi vagina mojada" - Me susurro y no pude hacer más que tragar notablemente y acercarla para besarla con lengua.
"Y yo quiero ver que vas a hacer con toda esta carne" - Dije sonriendo, tomando su mano y posando la sobre mi bulto la guíe y lo masajeamos juntos - "pero deberíamos parar amor, quiero que esto sea todo tuyo cuando lleguemos".
Tardamos un rato más antes de que el bus arrancara con unos pocos pasajeros, en transcurso solo nos abrazamos y nos besamos, una vez llegamos y nos bajamos comenzamos a caminar hacia su residencia.
"Amor los vecinos son muy chismosos, primero voy a entrar yo primero, tu espera un rato en la acera de frente y si no te abre algún vecino yo abro" - Me dice y yo obedeci.
Al rato que ella entro, fue hasta la reja del edificio y un vecino abrió, entre y la llame, me indicó que vivía en el piso 2 así que subí y allí estaba esperándome.
" ¿Lo conozco? Usted no vive en este edificio" - me dice.
"Estoy algo perdido y hambriento, me ayudarías?" - Le respondí siguiéndole el juego.
"Claro, pase" - Me guiña el ojo y abre la puerta del departamento señalandome que entre.
Ella era virgen, y también yo era su primer novio, lo cual era algo extraño debido a que la mayoría a esas edad habíamos tenido por lo menos un novio o novia, pero no quería hacer juzgamientos. Ella me tomó de la mano y me llevo hasta la sala, estaba fría y temblando, ahora fui yo quien la guió, la lleve hasta el mueble, nos quitamos los bolsos y los dejamos en la mesa, me senté con las piernas abiertas y con mis manos le hice la señal para que se sentara en el piso entre el espacio que dejaron mis piernas.
"Estas muy tensa, dejame ayudarte" - Ella se sentó en el piso donde le indique, toda su confianza y calentura pareció haber sido superada por sus nervios, puse ambas manos sobre sus hombros y comencé a masajear en círculos frotando lentamente mis dedos en ella "Relajate" - le digo tomándola suavemente desde el cuello y poniendo su cabeza hacia atrás para besarla suavemente, su tensión se estaba disipando.
Deje de besarla y seguí masajeando, bajando lentamente por sus brazos, preguntándole si le gustaba.
"Bueno, es mi primera vez en todo, lo estás haciendo ser especial" - Dice y me conmovió mucho su respuesta, nunca entendí como una chica tan dulce, hermosa y con un cuerpo como ese nunca había sido tocada o valorada antes.
"Bien, esos cabrones no saben de lo que se han perdido" - Me comencé a inclinar mientras le masajeaba el cuello, comencé a besarla empezando por la frente, sus ojos estaban cerrados y gemia en voz baja, le estaba encantando, seguí bajando y comencé a besar su cuello, pose mis manos encima de sus senos.
" ¿Amor puedo tocarte aquí?" - La mire como un niño pidiendo juguetes a sus padres en el supermercado.
"Claro amor, si me sigues tocando así me vas a hacer mojar mucho" - Abrió los ojos y con mis dedos suavemente los cerré de nuevo.
OK, conocí a esta chica en la preparatoria, le llevaba dos años, ella me mandaba a buscar siempre con otra personas y me mandaba cartas y se veía muy dulce, se puede decir que yo era popular, ya que era deportista y en la preparatoria se nos trataba como una especie en extinción. Esta chica era totalmente mi tipo: Caderas anchas, sonrisa preciosa, piel morena, cabello ondulado, cintura pequeña y una personalidad encantadora.
Entre las tantas veces que me mandaba a buscar,
recuerdo que fue en recreo, envío a dos de sus amigas, los de cuarto año se ubicaban en el primer piso, los de quinto y sexto entre el segundo y el tercero, yo era del segundo piso, baje y varios de sus compañeros estaban grabando, me pidió que fuera su novio o que por lo menos la tomara de la mano y pasáramos a la salida, ame demasiado que tomara la iniciativa así que le respondí, que hablábamos a la salida, eso de añadir la presión social para que las personas acepten me causa algo de conflicto, así que ni acepte ni la rechace, me parece que fue la decisión más correcta.
En fin, esta chica lo era todo, me empezó a gustar muchísimo, habían muchos rumores de que ella era lesbiana y eso a mi tampoco me molestaba, porque ella vestía siempre deportivo (Lo cual igual no ocultaba el tremendo cuerazo que se gastaba), nunca he sido un chico de sentir inseguridades por la opiniones ajenas, lo que sí notaba es que habían detalles de ella como se quedaba viendo a veces chicas, pero con hhicos solo se fijaba en mi, su grupo de amigas eran chicas que no estudiaban en la preparatoria, todas eran lesbianas, no me saco de onda, pero al enterarme ya estaba asumiendo qué ella era bi y no me sentía incómodo con eso la verdad.
Ella era muy dulce, tomaba siempre la iniciativa, me pedía que la acompañara a la parada del bus, a veces la dejaba en la puerta de su casa, no me presento nunca a su familia pero llegué a conocer mucho sobre ella. Era muy caliente, pero también dulce y esa combinación me ponía muy mal, me encantaba, me manoseaba en el autobús mientras nos besabamos pero siempre me besaba de una manera muy romántica y dulce.
Frecuentemente la acompañaba a su casa o a la parada del bus, cabe destacar que vivíamos muy lejos el uno del otro y a veces se me hacia demasiado tarde, pero no me importaba, el romance me tenía hipnotizado. Una de esas veces que la acompañe a esperar el bus, mientras hacíamos la cola para subir, no paraba de abrazarme, jugar con mi cabello (Cosa que me encanta) y besarme mientras me acariciaba, nunca me ha parecido correcto excederse con las muestras de amor en público pero estaba muy cachondo.
"No te vayas" - me dijo como por quinta vez.
"En serio me tengo que ir, amor" - Dije algo angustiado porque ya era tarde, pero no podía dejarla si me lo pedía tan dulcemente.
"Pero quiero que me acompañes, te quiero conmigo" - Dijo metiendo una de sus manos bajo mi suéter y mi camisa, acariciandome el abdomen (Hacia muchos abdominales y ejercicio constantemente, cuerpo delgado, por lo que mi abdomen estaba marcado), eso me prendía mucho y ella lo sabía.
Me limite a ver a los lados y ya no había nadie, toda la cola había avanzado y había un bus esperando así que le sugerí que subieramos y me beso contenta (Su brillo labial de cerezas era delicioso), nos sentamos en los últimos puestos y luego de unos besos muy lentos, sin darme cuenta estaba realmente duro, ella no dejaba de sonreír mientras nos besabamos, ¿Quien diría que una persona tan dulce sería tan cachonda?, aun no llegaba mucha gente así que además de nosotros habían unos 7 pasajeros en los puestos de adelante, algo que aprovecho para demostrarme porque las mujeres bisexuales son las criaturas más sexis, calientes y apasionantes.
"Amor tengo frío" - No paraba de ver mi bulto, ni lo disimulaba y pues mis atributos estaban a su disposición cuando quisiera así que no de vía tampoco disimular, me quite el suéter y ella se lo puso.
Se sentó mucho más cerca, casi ocupabamos un mismo asiento, sus piernas encima de mi pierna derecha, su brazo derecho por detrás de mi espalda, y de pronto mientras nos mirábamos a los ojos, su mano izquierda se poso sobre mi ereccion que los pantalones y boxers no lograban ocultar, estaba fuera de mi, no pude evitar un leve quejido, así que empecé a tomar respiraciones más profundas y controladas, ella sonreía maliciosamente y comenzó a besar mi cuello, yo la deje hacer lo que quisiera, en este punto ya no quería pensar en nada más que ella y su cuerpo sobre el mio.
"Mi casa esta sola, por eso te insistía, quiero que mi novio sea mi juguete sexual esta noche (Ella tenía varios juguetes sexuales, me contó una vez que hablábamos de su virginidad), quiero un juguete de carne en mi vagina mojada" - Me susurro y no pude hacer más que tragar notablemente y acercarla para besarla con lengua.
"Y yo quiero ver que vas a hacer con toda esta carne" - Dije sonriendo, tomando su mano y posando la sobre mi bulto la guíe y lo masajeamos juntos - "pero deberíamos parar amor, quiero que esto sea todo tuyo cuando lleguemos".
Tardamos un rato más antes de que el bus arrancara con unos pocos pasajeros, en transcurso solo nos abrazamos y nos besamos, una vez llegamos y nos bajamos comenzamos a caminar hacia su residencia.
"Amor los vecinos son muy chismosos, primero voy a entrar yo primero, tu espera un rato en la acera de frente y si no te abre algún vecino yo abro" - Me dice y yo obedeci.
Al rato que ella entro, fue hasta la reja del edificio y un vecino abrió, entre y la llame, me indicó que vivía en el piso 2 así que subí y allí estaba esperándome.
" ¿Lo conozco? Usted no vive en este edificio" - me dice.
"Estoy algo perdido y hambriento, me ayudarías?" - Le respondí siguiéndole el juego.
"Claro, pase" - Me guiña el ojo y abre la puerta del departamento señalandome que entre.
Ella era virgen, y también yo era su primer novio, lo cual era algo extraño debido a que la mayoría a esas edad habíamos tenido por lo menos un novio o novia, pero no quería hacer juzgamientos. Ella me tomó de la mano y me llevo hasta la sala, estaba fría y temblando, ahora fui yo quien la guió, la lleve hasta el mueble, nos quitamos los bolsos y los dejamos en la mesa, me senté con las piernas abiertas y con mis manos le hice la señal para que se sentara en el piso entre el espacio que dejaron mis piernas.
"Estas muy tensa, dejame ayudarte" - Ella se sentó en el piso donde le indique, toda su confianza y calentura pareció haber sido superada por sus nervios, puse ambas manos sobre sus hombros y comencé a masajear en círculos frotando lentamente mis dedos en ella "Relajate" - le digo tomándola suavemente desde el cuello y poniendo su cabeza hacia atrás para besarla suavemente, su tensión se estaba disipando.
Deje de besarla y seguí masajeando, bajando lentamente por sus brazos, preguntándole si le gustaba.
"Bueno, es mi primera vez en todo, lo estás haciendo ser especial" - Dice y me conmovió mucho su respuesta, nunca entendí como una chica tan dulce, hermosa y con un cuerpo como ese nunca había sido tocada o valorada antes.
"Bien, esos cabrones no saben de lo que se han perdido" - Me comencé a inclinar mientras le masajeaba el cuello, comencé a besarla empezando por la frente, sus ojos estaban cerrados y gemia en voz baja, le estaba encantando, seguí bajando y comencé a besar su cuello, pose mis manos encima de sus senos.
" ¿Amor puedo tocarte aquí?" - La mire como un niño pidiendo juguetes a sus padres en el supermercado.
"Claro amor, si me sigues tocando así me vas a hacer mojar mucho" - Abrió los ojos y con mis dedos suavemente los cerré de nuevo.