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- Feb 10, 2022
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- Córdoba, Cordoba, Argentina
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Como toda historia hot, esta empieza hace 7 años al mudarme a otro país para estudiar la universidad. Siempre fui muy discreto, desde los 16 años, así que para poder vivir una vida sexual mas activa apliqué a todas las universidades que tuvieran buena referencia en mi carrera - psicología-. Luego de muchos test me llegó un correo avisando que tenía un puesto en una universidad de chile. 2 meses después estaba con una maleta y una mochila aterrizando en Santiago de Chile con 18 años para vivir 5 años de mucho estudio y... vergas.
Como toda gran ciudad tenía un montón de vida nocturna, pubs, discos y por supuesto: hombres gays, aunque por un tema de gustos siempre me atrajo el perfil mas hetero: deportista, sudado, peludo y un poco rudo. Pase las primeras semanas buscando apartamentos pero como no conseguí quedar en ninguna residencia estudiantil mis padres me ofrecieron arrendar un departamento con 2 piezas para poder así tener una pieza libre cuando ellos vinieran a visitarme. Todo fue bien hasta que me di cuenta que Santiago es una ciudad horrible de cara y que aparte de estudiar debía hacer todas las tareas de la casa.
Al llegar a los primeros parciales estaba bastante cansado de llevar una vida solitaria y de adulto. A decir verdad, no me había salido todo como yo quería: no vivía en un dorm, no me había hecho amigos en esos 3 meses que llevaba en la ciudad, el país era de un clima muy frio y no había ligado con nadie. Tenía los huevos que me explotaban y además extrañaba mi país. Un día, al salir de un exámen parcial veo que a un compañero de clases que, al sacar unos cuadernos, se que cae una ropa de la mochila. Él no se da cuenta y yo lo recojo del suelo y veo que son unos boxers CK usados. Tenía unas ganas de olerlos porque se notaban usados. Por fin tendría la oportunidad de oler unas bolas que no sean las mías. Pero de reojo me di cuenta que otra persona se había percatado de la escena así que lo que hice fue correr y alcanzar al despistado. cuando lo alcanzo le digo "hey, se te cayó esto hace un momento". El me mira, mira mi mano y ve que llevo agarrado unos boxers. Se pone completamente colorado y me dice "mil disculpas. muchas gracias por traermelos. Ayer terminé con mi novia y me botó del departamento". Le pregunté que si estaba bien, si quería hablar del tema o si necesitaba ayuda. Me comentó que era de una ciudad a 700km al norte, que su novia (polola) era su novia de adolescencia y que habían terminando porque -según ella- la relación se había puesto aburrida. Mientras el me contaba esto yo no podía dejar de mirarlo: metro noventa, ojos azules grisaseos. pelo castaño, revuelto, barba, camisa con 3 botones desabrochados, pelo en el pecho y un bulto que prometía mucho. De cuerpo estaba excelente: me conto que hacía suf, kite surf, bicicleta y atletismo. todo un macho alfa
luego de 40 minutos de escuchar sobre su novia y porqué terminaron le pregunté donde estaba alojando. me contó que esa noche durmió en el auto y que se bañó en los camerinos de la universidad. Le dije que, si quería, podía alojar en mi departamento un par de días, total eramos compañeros de clase. Me dijo ¿harías eso por mí? le dije: claro, para eso son los amigos. Así partió mi bromance con Juan Pablo, el surfista de un metro noventa.
Si te interesa saber como avanza la historia, please dale like
Como toda gran ciudad tenía un montón de vida nocturna, pubs, discos y por supuesto: hombres gays, aunque por un tema de gustos siempre me atrajo el perfil mas hetero: deportista, sudado, peludo y un poco rudo. Pase las primeras semanas buscando apartamentos pero como no conseguí quedar en ninguna residencia estudiantil mis padres me ofrecieron arrendar un departamento con 2 piezas para poder así tener una pieza libre cuando ellos vinieran a visitarme. Todo fue bien hasta que me di cuenta que Santiago es una ciudad horrible de cara y que aparte de estudiar debía hacer todas las tareas de la casa.
Al llegar a los primeros parciales estaba bastante cansado de llevar una vida solitaria y de adulto. A decir verdad, no me había salido todo como yo quería: no vivía en un dorm, no me había hecho amigos en esos 3 meses que llevaba en la ciudad, el país era de un clima muy frio y no había ligado con nadie. Tenía los huevos que me explotaban y además extrañaba mi país. Un día, al salir de un exámen parcial veo que a un compañero de clases que, al sacar unos cuadernos, se que cae una ropa de la mochila. Él no se da cuenta y yo lo recojo del suelo y veo que son unos boxers CK usados. Tenía unas ganas de olerlos porque se notaban usados. Por fin tendría la oportunidad de oler unas bolas que no sean las mías. Pero de reojo me di cuenta que otra persona se había percatado de la escena así que lo que hice fue correr y alcanzar al despistado. cuando lo alcanzo le digo "hey, se te cayó esto hace un momento". El me mira, mira mi mano y ve que llevo agarrado unos boxers. Se pone completamente colorado y me dice "mil disculpas. muchas gracias por traermelos. Ayer terminé con mi novia y me botó del departamento". Le pregunté que si estaba bien, si quería hablar del tema o si necesitaba ayuda. Me comentó que era de una ciudad a 700km al norte, que su novia (polola) era su novia de adolescencia y que habían terminando porque -según ella- la relación se había puesto aburrida. Mientras el me contaba esto yo no podía dejar de mirarlo: metro noventa, ojos azules grisaseos. pelo castaño, revuelto, barba, camisa con 3 botones desabrochados, pelo en el pecho y un bulto que prometía mucho. De cuerpo estaba excelente: me conto que hacía suf, kite surf, bicicleta y atletismo. todo un macho alfa
luego de 40 minutos de escuchar sobre su novia y porqué terminaron le pregunté donde estaba alojando. me contó que esa noche durmió en el auto y que se bañó en los camerinos de la universidad. Le dije que, si quería, podía alojar en mi departamento un par de días, total eramos compañeros de clase. Me dijo ¿harías eso por mí? le dije: claro, para eso son los amigos. Así partió mi bromance con Juan Pablo, el surfista de un metro noventa.
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